La responsabilidad social: cosa de todos

En tiempos de crisis, los recortes de presupuestos son drásticos en particular en educación y cultura. Además, parece a veces que la crisis que atravesamos no tiene en cuenta la gravedad ecológica actual. Sin embrago, existe una evolución de las mentalidades en cuanto a esta urgencia ecológica y social: somos más conscientes de nuestra responsabilidad hacia nuestra sociedad. Este cambio de mentalidad necesario podría ir más allá ya que nuestro impacto en el entorno es muy importante. Más que nunca, es importante entender que se puede influir en dicho cambio de manera positiva desde los valores de las personas, pero también en el trabajo y las empresas.


Es buen momento para comprometerse e implantar nuevas estrategias
Ya que “hay que re-inventarse”, la crisis puede ser buen momento para cambiar los sistemas y basarse en:
-          la solidaridad y la igualdad de oportunidades (acciones a favor de mujeres o personas inmigrantes por ejemplo),
-      la sostenibilidad de nuestro entorno (fomentar el consumo local, reciclar o utilizar productos ecológicos: papel reciclable, tintas ecológicas para impresoras…).
Es la ocasión para las empresas de definir nuevas estrategias basadas en un compromiso de desarrollo sostenible para fomentar el bien común, y una sociedad más justa.

¿Qué es la responsabilidad social?
La responsabilidad social (RS) es una buena práctica de convivencia social: es a la vez personal y colectiva. Es el compromiso de cada ciudadano, empresa, institución, asociación, administración, hacia su sociedad actual y su futuro. Trata del impacto que tiene cada uno a su nivel sobre su entorno social y medioambiental y de su contribución a la mejora del bienestar colectivo de la sociedad local y global. Solemos hablar de Responsabilidad Social Corporativa (RSC) o de las empresas (RSE). Realmente, las diferencias entre RSE et RSC son sutiles ya que la definición sólo depende del contexto. El concepto de RSC es más amplio que la RSE y se dirige a un conjunto de entidades y de organizaciones que pueden o no ser empresas (entidades no lucrativas, asociaciones profesionales, …). También hablamos de RSO: la responsabilidad social de las organizaciones humanas que abarca tanto empresas como administraciones, asociaciones…

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) define la responsabilidad social de la empresa como “el conjunto de acciones que toman en consideración las empresas para que sus actividades tengan repercusiones positivas sobre la sociedad y que afirman los principios y valores por los que se rigen, tanto en sus propios métodos y procesos internos como en su relación con los demás actores[1]. Este conjunto de acciones tiene repercusiones positivas en el entorno más cercano: tanto al nivel social como medioambiental. Según el Canadian Business for Social Responsability, la responsabilidad social corporativa  es “el compromiso de una compañía de operar de manera económica y ambientalmente sostenible mientras reconoce los intereses de sus públicos de interés”

Cosa de todos
La responsabilidad social no es obligatoria y depende de voluntades e iniciativas puntuales de personas o entidades que optan por un comportamiento responsable, es decir ciudadano. En este caso, el objetivo de las empresas no sólo tiene que ser ganar dinero, sino que además tienen que ser conscientes de que su actividad repercute en su entorno de distintas formas. ¿Qué pasaría si se dedicara un porcentaje de los presupuestos de las organizaciones (aunque fuese mínimo) para  acciones de responsabilidad social además de optar por códigos de conducta ética? En cuanto a los gobiernos también: de momento, su papel de ayuda social y de responsabilidad no es suficiente y muchas veces no se responsabilizan de los impactos medioambientales que se generan.
Desde mi punto de vista, la responsabilidad social tendría que ser cosa de todos. Por ello, es capital que cada uno:
-          1.  Tome conciencia de su impacto en su entorno así como de sus responsabilidades (por ejemplo, que una empresa sea consciente de su huella ecológica),
-          2.  Asuma estas responsabilidades poniendo en marcha acciones o programas concretos de desarrollo sostenible (social y medioambiental).

La responsabilidad social no sólo es financiar acciones solidarias fuera de la empresa porque en su interior también se puede hacer mucho. Las empresas pueden adoptar valores éticos (salarios justos, igualdad de oportunidades, emplear a personas discapacitadas…).

Repercusión increíble de las prácticas socialmente responsables
La responsabilidad social en las empresas, corporaciones u organizaciones tiene muchas ventajas, sobre todo si está bien comunicada (utilizando por ejemplo las nuevas técnicas de comunicación como las redes sociales). Ser consciente de su impacto y asumir sus responsabilidades produce un retorno sobre la inversión. La responsabilidad social de una empresa puede influir en su entorno social, es decir en sus propios stakeholders. Los stakeholders son todos los actores gracias a los cuales existe la empresa: clientes, proveedores, colaboradores, empleados, accionistas… 

La responsabilidad social crea una sinergia positiva en la empresa, lo que es ideal para la atracción del talento… Estimula los empleados fomentando su orgullo de pertenencia a un grupo comprometido. Aprenden nuevas maneras de hacer las cosas. Comparten con sus compañeros objetivos bonitos y retadores. Los empleados cuando se les permite participar en este tipo de acciones se divierten. También puede ayudar a reducir el estrés laboral. Son buenas razones para superarse. La responsabilidad social en una empresa también puede tener un efecto contagioso en sus competidores. 

Por otra parte, la responsabilidad social mejora la reputación, la marca, es decir la imagen de la empresa. Como los empleados satisfechos, el cliente satisfecho recomienda la marca y el número de clientes y de ventas aumenta. Tener un comportamiento socialmente responsable también es fomentar el consumo local, lo que puede permitir la reducción de costes de transporte.

¿Cómo?
Es importante que la responsabilidad social se realice a través de la educación, ya sea directamente en la familia y en las escuelas, o indirectamente en toda la sociedad en general. Las empresas tienen un factor de influencia importante en la sociedad y los gobiernos tienen que predicar con el ejemplo. La suma de buenas voluntades e iniciativas da frutos de éxito. Unirse y compartir ideas y conocimientos es esencial, por eso hay que fomentar la colaboración de las empresas y las administraciones con las ONGs.

¿Algunos limites?
Las actitudes socialmente responsables por las cuales optan cada persona, empresa u organización no tendrían que ser excluyentes de algunos elementos fundamentales:
-          El “deber” de los servicios públicos o gobiernos de involucrarse en acciones sociales y medioambientales para pensar en mejorar el presente y el futuro…
-          El profesionalismo necesario a este tipo de iniciativas… No deben de ser iniciativas solo voluntarias: el ámbito de la responsabilidad social necesita gente formada y experta. También, es esencial que las empresas no actúen con libertad metodológica. Es fundamental integrar la evaluación del trabajo y el cumplimiento de objetivos en las acciones de responsabilidad social.

También algunos critican la manipulación de las empresas multinacionales que se sirven de la responsabilidad social como una cubertura para esconder otras prácticas poco responsables tales como la presión sobre los empleados o la utilización de proveedores que tienen un impacto negativo en el ecosistema…

Resumiendo…
No nos podemos defender pensando que algunos tienen una actitud deficiente y no se responsabilizan. Cada uno puede aportar algo a la sociedad. La responsabilidad social es personal y colectiva. No miremos lo que nos hacen los demás, las industrias o los gobiernos para esperar lo que creemos que es conveniente hacer a título individual. 

Más que nunca en esta “temporada multi-crisis” (financiera, económica, social, y ecológica), es esencial fomentar la igualdad y el compromiso social, proteger el medioambiente, respetar los derechos humanos, mejorar las condiciones de empleo, prevenir la corrupción y mejorar la transparencia de los gobiernos y de las empresas.  

La responsabilidad social es un concepto amplio que engloba tanto acciones concretas como la adopción de valores éticos. Es un compromiso que todos nos tenemos que tomar enserio. En las empresas, es primordial entender que el éxito no sólo es económico: también se pueden generar beneficios sociales y medioambientales. Pensar que los cambios son demasiado lentos es verdad, pero no puede ser una escusa… No hacer nada sería peor. 

Quisiera acabar con esta historia… Me la contaron hace más de diez años cuando colaboré en una ONG en Francia apoyando a personas que vivían en la calle.




Es la historia de Martín un niño de 9 anos. 

Martín pasaba sus vacaciones de verano con su abuelo Paul. A su abuelo le gustaba mucha pasear por la playa y vivía en un pueblo cerca del mar. Una mañana despejada, después de varios días de tormenta, Martín quiso acompañar a su abuelo en su paseo diario. Al llegar a la playa observaron un paisaje desastroso: miles y miles de tortugas se habían varado en la costa y estaban destinadas a morir en la arena. Parecían no tener fuerza para moverse. Martín preguntó a su abuelo Paul lo que había pasado y Paul le explico a causa de la tormenta, las tortugas habían llegado a la costa.

Entonces, Martín se acercó de una tortuga. Se agachó, la acarició, la cogió en sus brazos y se acercó a la orilla del mar. Cuando tenía los pies en el agua, la puso en el mar. La tortuga empezó a mover las patas difícilmente, pero poco a poco parecía conseguir avanzar con menos esfuerzos, y se fue alejando mar a dentro. Bajo la mirada sorprendida de su abuelo, cogió otra tortuga y otra repitiendo la misma tarea varias veces. Paul, su abuelo lo miró con mucha desolación ya que toda la playa estaba llena de tortugas. Le explico a Martín que no podría salvarlas todas. Martín parecía entender a su abuelo, pero cogió otra tortuga, miro a su abuelo y le dijo: “ya lo sé abuelo que no podré salvarlas a todas. Pero para estas pocas tortugas que consigo volver a poner en el agua, a ellas, les devuelvo la vida. Me ayudas?”.




[1] http://es.wikipedia.org/wiki/Responsabilidad_social_corporativa, el 20 de abril de 2012.


4 comentarios:

  1. EXCELENTE!!!! Me ha gustado la sencillez y claridad con la que expones las ideas. Y el final me ha parecido perfecto. La historia de Martín y su última pregunta a su abuelo es muy reveladora respecto a lo mucho que podemos hacer, sólo hay que poner nuestro granito de arena.

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  2. Genial Anthony!!como siempre. Coincido en todo contigo, quizás lo bueno de estos períodos es que podemos tomar conciencia de que realmente somos responsables de nuestro pequeño entorno, por eso coincido en que es personal y colectiva. Ahí nuestros deberes, llevar nuestra actitud personal responsable a nuestro propio entorno (empresa, familia, amigos, etc.) y así que crezca a modo colectivo.
    Tienes toda la razon, la RSC mejora la marca de la empresa, y es ahí donde hay que incidir en que vaya más allá de una dimensión superficial, a modo de marketing, y que sea un pilar de la empresa, un valor que de verdad defienda, tanto la directiva como el resto de la empresa.
    La historia de Martín es la esencia, nos creemos que nuestras acciones valen poco, porque son muy muy pequeñas...pero en realidad sin ellas no habría nada.
    Gracias por tu entrada

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  3. Tienes unos artículos muy interesantes, desde mi blog te dejo un premio en reconocimiento a tu labor. Un saludo!!

    http://pasionesydebilidades.blogspot.com.es/

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