Aquí y ahora

  “Me parece mucho más triste que el hecho de morirse, el no saber cómo vivir”[1].

Todos querremos ser felices. Pero ante algunos retos, tenemos miedo y nos paralizamos. Este tipo de actitud condiciona, a parte de nuestro bienestar inmediato, nuestro éxito. No se trata de no tener preocupaciones, de no sentirse estresado, se trata de saber gestionar mejor nuestros pensamientos y nuestra actitud para que no nos quedemos parados. “Nos guste aceptarlo o no, una persona bloqueada emocionalmente esta anulada intelectualmente”[2].

La felicidad no es un estado, es una actitud. Es la decisión de sentirse satisfecho. Para sentirse mejor, sentirse feliz, es esencial respetar algunos principios.

      1.      Abrirse al momento presente

“Muy a menudo estamos preocupados por el pasado, por lo que ya ha ocurrido, o bien por el futuro que está por llegar”[3]. A parte de aceptar las incertidumbres del futuro, es fundamental prestar mayor atención a lo que estamos haciendo en el presente aunque parezca insignificante. Poner su atención en cada momento vivido, conectarse con el simple hecho de ser, y “vivir más en el ahora es la clave para alcanzar una gran calidad de vida”[4]. Darle este enfoque a la vida permite vivir de manera más plena. Sin embrago, “la aceptación del momento presente no tiene nada que ver con el hecho de resignarse ante lo que está ocurriendo”[5].

Ocupar el presente también es sentir, prestar atención a las emociones y a los pensamientos, sin juzgarlos y aceptándolos. Debemos ser conscientes de nuestras preocupaciones pero no debemos prestarles más atención de la que se merecen. Hay que ser consciente de lo que vivimos, de las sensaciones del cuerpo, fijarse en el aquí y ahora sin dejarse invadir por pensamientos negativos. Apreciar las pequeñas cosas del día a día es “descubrir lo extraordinario en lo ordinario” [6].

      2.      Moverse y buscar el disfrute

“Los mejores resultados personales y profesionales se consiguen cuando uno disfruta, se divierte con lo que hace”[7]. Hay que darle pasión a la vida. Ilusionarse con algún proyecto es esencial. Desconectar y leer, cantar, moverse, salir, jugar, hacer deporte, reírse, y descubrir es el mejor método para sentirse más feliz. Todo lo que permite vaciarse la mente y oxigenarse así como compartir es esencial también para disfrutar. Tocar, besar, abrazar, seducir y sentir son acciones importantes. Compartir nuestros pensamientos también es un elemento clave.  

Buscar ocupaciones y actividades gratificantes es fundamental también en el ámbito laboral. Si buscamos el bienestar en nuestra vida tiene que ser igual en el trabajo incluso con el contexto actual que atravesamos.

       3.      Pensar en las cosas positivas y concentrarse en el éxito.

Hay que buscar remedios para focalizarse en lo que ocurre de positivo, incluso si nos parece que no tiene mucha importancia. Por ejemplo, al acostarnos, es importante recordar todo lo bueno que nos ha pasado durante el día. Si queremos alcanzar un objetivo, por duro que sea, si concentramos nuestros esfuerzos y pensamientos en el logro y el éxito, es más probable que lo consigamos. Hay que concentrarse en lo que querremos, no lo que tememos. “Tendemos a obtener aquello en lo que nos concentramos. Si tememos el fracaso, nos centramos en él y fracaso es precisamente lo que conseguimos”[8].

       4.      Cuidarse y utilizar la respiración profunda

Es esencial cuidarse la salud, comer de manera equilibrada, hacer deporte, oxigenarse a menudo, dormir suficiente, unas 7 u 8 horas por noche. Además, “la forma de empezar el día es fundamental para el resto de las horas”[9].

Prestar atención y tomar conciencia de su respiración es capital a lo largo del día. La respiración profunda nos permite sentirnos mejor, concentrarnos y relajarnos. Tiene un efecto muy positivo en los pensamientos y las emociones. Una respiración profunda disminuye el ritmo cardiaco, tranquiliza, también permite digerir mejor… La respiración profunda consiste en respirar con el diafragma. Que sea profunda no quiere decir que sea forzada. Este tipo de respiración contribuye a mantener la atención en el presente y a tener mayor conciencia de sí mismo y del presente.

Por otra parte, “si mi respiración es tranquila y profunda, no solo reduzco mi ansiedad, sino que ayudo a otros a reducir la suya”[10]. En efecto, cuando uno está estresado, se pone nervioso, tiene tendencia a crear un clima desagradable. Las personas que tiene alrededor tendrán tendencia a cerrarse y enfadarse más rápido. Al contrario, si uno parece relajado y tranquilo, conseguirá que los demás se abran más a él. En el trabajo, aunque muchos piensan que es esencial que haya suficientemente tensión para que los empleados trabajen y rindan más, es fundamental acordarse de que “el mejor rendimiento se obtiene con la tranquilidad y la concentración, no con la ansiedad”[11]. ¿Para cuándo los ejercicios de respiración profunda en el trabajo con sus jefes y sus compañeros?

Un ejemplo para activar y practicar la respiración profunda es la meditación. Existen muchos tipos distintos de prácticas de relajación o meditación y cada uno tiene que encontrar el que más le conviene. Prácticas como el yoga son muy beneficiosas cuando una persona se concentra en su respiración, en las sensaciones de su cuerpo, sus apoyos en el suelo. Le permite sentirse más relajado, sentirse capaz de enfrentarse a dificultades o a retos del presente. Fomenta el autoconocimiento ya que pueden ser momentos de reflexión. El Mindfulness (atención plena) también es una herramienta meditativa que permite centrarse más en el presente. “Atención plena significa prestar atención de una manera determinada: de forma deliberada, en el momento presente y sin juzgar”[12].

Conclusión

En fin, es esencial conseguir una “desconexión-reconexion” en nuestro día a día. Hay que poder desconectar de problemas y preocupaciones, desconectar de pensamientos negativos. No se trata de olvidarlos, de no trabajarlos, sino de aceptarlos. Al contrario, hay que conectar, o re-conectar con el aquí y el ahora, conectar con sus emociones, sin juzgarlas. La respiración profunda es una herramienta poderosa para relajarse y facilitar esta desconexión (con las preocupaciones) y reconexión (con uno mismo).

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[1] PUIG Mario Alonso (2008). – Vivir es un asunto urgente. – Madrid: Santillana Ediciones Generales. – p.20.

[2] PUIG Mario Alonso (2010). – Reinventarse. Tu segunda oportunidad. Barcelona: Plataforma editorial. – p.21.

[3] KABAT-ZINN Jon (2009). - Mindfulness en la vida cotidiana. Donde quiera que vayas, ahí estás. - Madrid: Paidos. – p.16.

[4] WHITMORE John (2011). – Coaching. El método para mejorar el rendimiento de las personas. – Madrid: Espasa Libros. – p.132. (edición actualizada).

[5] KABAT-ZINN Jon (2009). - Mindfulness en la vida cotidiana. Donde quiera que vayas, ahí estás. - Madrid: Paidos. – p.36.

[6] PUIG Mario Alonso (2010). – Reinventarse. Tu segunda oportunidad. Barcelona: Plataforma editorial. – p158.

[7] CUBEIRO Juan Carlos (2001). – La sensación de fluidez.- Madrid: Pearson Educación, S.A .- p.67.

[8] WHITMORE John (2011). – Coaching. El método para mejorar el rendimiento de las personas. – Madrid: Espasa Libros. – p.85. (edición actualizada).

[9] PIQUERAS César (2009). – El jardinero en la empresa. Barcelona: Bresca Editorial. – p.55.

[10] PUIG Mario Alonso (2008). – Vivir es un asunto urgente. – Madrid: Santillana Ediciones Generales. – p.87.

[11] CUBEIRO Juan Carlos (2001). – La sensación de fluidez.- Madrid: Pearson Educación, S.A .- p.90-91.

[12] KABAT-ZINN Jon (2009). - Mindfulness en la vida cotidiana. Donde quiera que vayas, ahí estás. - Madrid: Paidos. – p.26.